El pasado martes, 27 de mayo, los alumos de 6º de primaria realizamos una visita al Teatro Cervantes de Arnedo. Los técnicos del teatro, Santiago Herreros (técnico de sonido e iluminación) y David Alcalde (tramoyista) nos mostraron los diferentes espacios del edificio, y nos explicaron un montón de cosas acerca de su trabajo y cómo funciona un teatro.
David, desde la tramoya, nos mostró cómo subir y bajar las varas, que son unos listones metálicos de los que cuelgan elementos técnicos como los focos, las bambalinas o los telones. Nos explicó que, si las varas pesan poco, se elevan de forma manual mediante unas cuerdas llamadas tiros, y si pesan mucho se elevan mediante unas siergas metálicas con ayuda de unos contrapesos.
Santi nos comentó que, tras terminar un evento, tienen que recoger de nuevo todo el material de sonido e iluminación, comprobar que todos los cables y equipos funcionan a la perfección, arreglar lo que se haya podido estropear, y preparar el material para el siguiente evento. Entre otros elementos técnicos del escenario, nos mostró el ciclorama, que es un telón sobre el que se pueden proyectar imágenes o simplemente se puede manchar de diversos colores con la ayuda de focos.
Desde el proscenio estuvimos viendo la sala, con sus 472 butacas repartidas entre la platea y los palcos. Pudimos ver cómo David bajaba el telón de boca, que es «de guillotina», y nos explicó que el otro telón que tienen en el teatro de Arnedo es «de americana». Al bajar el telón de boca pudimos ver que sobre él está bordado el nombre del teatro, y en el bambalinón aparece el escudo de la cuidad de Arnedo. Además, desde allí descubrimos dónde están el palco presidencial y el control, que es la cabina desde donde Santi se encarga de manejar las mesas de sonido e iluminación.
Después estuvimos en el foso, que se utiliza como almacén de material, y David nos abrió las puertas del foso de la orquesta para que pudiéramos verlo. Aquí se despidieron de nosotros los alumnos que tenían que jugar ese día a Respect Sport, y todos los datos que nos contaron después ya no entran para examen. Por último, estuvimos en uno de los ocho camerinos con los que cuenta el teatro, y terminamos la visita en el contrafoso, que está debajo del foso, donde vimos el acceso al enorme montacargas con el que se pueden subir grandes pesos hasta el escenario.
Un dato que se nos olvidó preguntar fueron las medidas del ancho de boca, que en este teatro no se puede variar, ya que no hay arlequines. Aunque es una simple curiosidad que no entra para el examen, ya os lo digo yo: el ancho de boca del Teatro Cervantes es de 9,60 metros.
Desde aquí quiero agradecer a Santi y David la buena acogida que nos dieron, la paciencia con la que nos explicaron todo y respondieron a nuestras preguntas, y su ofrecimiento para ayudarnos siempre que los necesitemos o queramos volver a visitar el Teatro Cervantes.
¡Muchas gracias, chicos!